lunes, 23 de agosto de 2010

Meditación para experimentar la Conciencia Divina

La meditación es el momento más conciente de tu día. Estar en quietud, sin involucrarte con lo que te rodea, y sin entretener los pensamientos que la mente crea, puede extraer la Verdadera Naturaleza del hombre. Las actividades normales, cotidianas, no hacen esto.

¿Quieres experimentar la conciencia divina? Medita. ¿Estás dispuesto a dedicar una pequeña cantidad de tiempo a encontrarte con Dios? Esto puede suceder una o dos veces al día, y no interferir con las actividades diarias. Solo diez minutos pueden marcar una diferencia enorme. ¿Puedes darle a Dios esta porción de tu tiempo? Cierra los ojos. Medita para desconectarte de lo que los ojos observan. Contempla el sonido del silencio. Los contenidos que aparecen en la meditación no tienen ningún significado. No hay nada más importante que solo estar en quietud.

Después de varios días de meditación, el mensaje “sin interés” a la mente puede decididamente suprimir la actividad mental. Nada demanda de la quietud como la meditación. Dile a la mente que se aquiete, y quizás lo hará por uno o dos momentos. Medita, y calma sus preocupaciones acerca de recuerdos no esenciales, y obtendrás la quietud que tu mente puede permitir. Lo mejor es no endosar un objetivo a la meditación. Nunca concluyas estando disgustado. Dale a la mente la idea de “no pensamiento” sin intentar involucrarte con los pensamientos que surgen durante la meditación. Contacta a Dios mentalmente en otros momentos, no en la meditación.

Escoge un horario, y hazlo tu tiempo diario para Dios. Puedes alterar este horario ocasionalmente, pero no dejes que una o dos ocasiones perdidas te disuadan de meditar regularmente. Pasa tu tiempo de meditación en silencio. La meditación no incluye escuchar música o cuentos. Estos son para llevarte a la condición meditativa, pero no son meditación. La práctica, sin elegir resultados, puede proporcionar un día más relajado, y darte la claridad mental necesaria para entrar en meditación en momentos de estrés.

Elige el área más propicia para meditar sin distracción. Crea un vórtice de energía allí con la meditación regular. Cantar puede ayudar a la creación de este vórtice. Todo lo que contribuya a generar la vibración de esta área puede ser usado.

Calma, claridad, despierto, presente, son todas palabras que se aplican a la meditación. La meditación NO incluye: escuchar, preguntar, rezar, reunir ideas, contemplar, visualizar, concebir, o hacer algo. Los mantras son para hacerte entrar en meditación. Los mudras son para invitar ciertas energías a la meditación. La sanación puede ser el resultado de largas meditaciones, pero la sanación no es el propósito de la meditación. La meditación puede darte el nivel de desapego necesario para canalizar, pero no es el momento de canalizar. Es importante NO TENER UN PROPÓSITO.

Elijan meditar, así sabrán cómo el aspecto divino de la conciencia del hombre puede ayudar a la maestría humana. Si ya no lo hacen, empiecen hoy.


YO SOY LO QUE YO SOY
Maestro Ascendido Saint Germain
Canalizado por Aruna
jueves 22 de julio de 2010

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